tu me miras altiva y cadenciosa,
yo te veo sereno y apacible.
Me muevo dulcemente para poder con mi piel rozarte
emito un susurro y el viento se lo lleva
me reflejo en tus ojos de un verdor profundo
que me devuelven mi imagen cual espejo viviente.
Y aparece el viento de nuevo con mas fuerza
como si quisiera unirnos al pasar,
mas todo es en vano,
me quedo triste y quieta
sin esperanza alguna.
¡De pronto siento como unas gotas me mojan!
eres tu que en un intento de llegar hasta mi
te transformaste en lluvia
para poder fundirnos
y aunque sea por un momento
estar juntos los dos.
Nuestro cómplice el viento,
en su afán de ayudarnos
sopla tan fuerte
que te seca y te adhieres a mi,
y nos hacemos uno,
como aquellos amantes
como aquellos amantes
unidos piel con piel.
Así seguiremos,
amándonos con locura
amándonos con locura
cuando en forma de lluvia
vuelvas a aparecer.
Irma Villalobos.
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