Hoy aprendí algo muy importante, todos sabemos que nuestro cuerpo, nace, crece y envejece, pero los sentimientos nunca terminan de crecer, nuestro corazón tiene la capacidad y el potencial de hacerse más profundo, hace nacer en cada uno de nosotros nuevas emociones.
Para los Judíos el corazón es el centro de todas las emociones, el corazón como órgano principal nos da salud, pero también es el lugar donde guardamos nuestra sensibilidad..
Cuando nos guiamos por el corazón jamás quedamos atrapados en malos pensamientos que nos hacen ser negativos, al contrario, todo fluye libremente y somos positivos ante la vida, y eso transporta nuestra alma hacia un mundo de alegría y paz y como consecuencia a tener un cuerpo sano y libre de enfermedades.
Irma Villalobos.
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