ESPERO TOMARME EL CAFÉ.
En esta noche,
de quietud y luna plena,
con mi melancolía a flor de piel,
voy tejiendo en mi mente
gratos recuerdos vividos,
de amor y desamor.
No puedo evitar que tu
aparezcas entre ellos,
cuanto amor, cuanto deseo,
demasiado diría yo,
más un día llego el hastío,
y se pozo entre los dos,
como pájaro de mal aguero,
y ya no quiso volar.
Tu no dijiste nada,
solo te fuiste alejando,
yo sin hacer nada,
para evitar tu partida,
todo se fue muriendo
como cuando muere el día,
sin que se pueda hacer nada
para que no llegue la noche.
Hoy que me asaltan los recuerdos,
de todos, el que más duele,
cuando creímos que lo nuestro
duraría para siempre,
que la muerte nos sorprendería
sentados en el portal
de la casita de campo,
donde nos gustaba estar.
Yo te diría dulcemente,
invítame un café.
tu fumando y escuchando,
una historia de las que suelo inventar,
Hoy espero a que el sol brille
nuevamente para mi,
y si me sorprende el ocaso,
sin contar la historia
y sin tomarme el café,
esperaré la noche,
cerrare mis ojos,
y partiré.
Irma Villalobos.
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