Un rey fue hasta su jardín y descubrió que los árboles, arbustos y flores se estaban muriendo.
El Roble le dijo que se moría porque no podía ser tan alto como el Pino.
Volviéndose al Pino, lo halló caído porque no podía dar uvas como la Vid.
Y la Vid se moría porque no podía florecer como la Rosa.
La Rosa lloraba porque no podía ser alta y sólida como el Roble.
Entonces encontró una planta, una fresa, floreciendo y más fresca que nunca.
El rey preguntó:
¿Cómo es que creces saludable en medio de este jardín mustio y sombrío?
No lo sé, Quizás sea porque siempre supuse que cuando me plantaste, querías fresas, si hubieras querido un Roble o una Rosa, los habrías plantado.
En aquel momento me dije: "intentaré ser fresa de la mejor manera que pueda"
Cuento de Jorge Bucay
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Así como éste jardín, así es nuestro entorno, y muchos nos comportamos de ésta manera, siempre deseando lo que otros tienen, o ser como ellos. No conformes con lo que tienen, son o han logrado, quieren siempre más; si el vecino tiene un carro nuevo la envidia florece y piensan: "Y porque él y yo no".
Debemos de ser nosotros mismos y no otra persona, eso no es posible, cada quien tiene o es de acuerdo a su Ser, hay personas que sienten coraje por el simple hecho de que su compañero sea alto, o porque tiene más amigos, o por que es blanco, en fin, se amargan la existencia, se amargan el día por la envidia y esa inconformidad que los corroe.
Si nos toco vivir en un jardín o en desierto, debemos disfrutar y contribuir a que sea mejor, debemos vivir y amar lo que tenemos, porque de otra manera la envidia y la inconformidad nos ira matando y esta vida solo la viviremos una vez, y por lo tanto hay que disfrutarla amarla y amarnos a nosotros mismos tal cual somos, tratar de ser cada día mejores, pero siempre pensando en nosotros mismos, en lo que nos puede veneficiar en nuestras vidas y en la de los seres que amamos.
Irma Villalobos.