domingo, 9 de febrero de 2014

07-02-15



Hoy aprendí un Cuento Sufi que les quiero compartir, El sufismo es una de las denominaciones que se han dado al aspecto místico del Islam, el cuento se llama:

EL PREDICADOR.
Había un predicador que cada vez que se ponía a orar no dejaba de elogiar a los bandidos y desearles toda la felicidad posible. Elevaba las manos al cielo diciendo:
"Oh, Señor: ofrece tu misericordia a los calumniadores, a los rebeldes, a los corazones endurecidos, a los que se burlan de la gente de bien".
 Así terminaba su oración, sin desear el menor bien a los hombres justos y puros.
Un día sus oyentes le dijeron:
"¡ No es costumbre orar así !, todos estos buenos deseos dirigidos a los malvados no serán escuchados". Pero el replicó: "Yo debo mucho a esa gente de la que habláis, y por esa razón ruego por ellos. Me han torturado tanto y me han causado tanto daño que me han guiado hacia el bien. Cada vez que me he sentido atraído por las cosas de éste mundo, me han maltratado, y todos esos malos tratos son la causa por la que me he vuelto hacía la fe".

Esto es muy cierto, debemos pedir en nuestra oración diaria también por la gente que nos hace daño, después de todo es la que necesita un buen pensamiento para ellos, por la gente buena no hay mucho que pedir, ellos con sus actos ya tienen la bendición de Dios.

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