jueves, 15 de noviembre de 2012
MI HIJO: UN MISIONERO.
UN HIJO MISIONERO.
Si hace algunos años me hubieran dicho: "tu hijo será misionero"; no lo hubiera creído. Un día, hace algunos años cuando él apenas tenía 6 años me dijo: "cuando sea grande voy a ser Mormón", que creen que pasó; me reí y le dije que no. Hoy día mi hijo de 21 años, es Mormón y es Misionero y lo digo con un orgullo que no me cabe en el pecho.
Nosotros profesamos la religión Católica, es la que les inculcamos a nuestros hijos, pero cuando uno crece es libre de elegir la religión con la que uno se sienta bien y sobre todo que le llene espiritualmente y eso paso con él. Para mi y para toda la familia fue muy difícil aceptar que se iría de Misionero de la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Ultimos Días, se iría 2 años, yo no me había separado de mi hijo en toda su vida, sentía que me ahogaba, el único varón, mi mano derecha, que difícil se me estaba haciendo, sentía que me desplomaba porque no sólo se iría a un lugar lejos de mi, sino a un país desconocido. Toda la familia decía ¿cómo? pero él ya había tomado la decisión y teníamos que aceptarla, era su deseo, estaba contento y, ante eso, no había palabras.
Hoy en día está próximo a cumplir 1 año, él está feliz ayudando a personas, llevándoles la palabra y el Evangelio de Jesucristo, diciéndoles que Dios existe que es verdadero y que sólo tenemos que hablarle y pedirle para que calme nuestras penas, que El esta ahí, presente en cada hogar, en cada persona, sólo es cuestión de hablarle para que El responda a cada una de nuestras peticiones, que sólo es cuestión de Fe.
Mi hijo es feliz con lo que está haciendo, aunque a veces al tocar una puerta no se la abran, o les digan de cosas, en ocasiones les dicen malas palabras, pero como él dice: "si nos cierran tres puertas nos abren una, y cuando nos abren esa puerta, las personas de la casa parece que ya nos estuvieran esperando".
Mi vida sigue igual, no me hace falta como mi apoyo diario, se le extraña, como se extraña un hijo amado. Dios me duplicó mi mano derecha, todo sigue igual como cuando él estaba, es como si Dios me hubiera dicho: "A ti por el momento no te hace falta; a mi si, porque quiero que cambie personas, que cambie corazones, que con sus palabras fortalezca al que lo necesite, porque él será un mensajero mio como otros misioneros que llevan ese mensaje espiritual que tanto se necesita en estos tiempos".
Esa es su misión y cuando veo lo feliz que es con lo que hace, cuando siento su Fe, su amor a Dios y a su prójimo y lo convencido que está de lo que hace, no puedo sentirme más que orgullosa y sé que mi recompensa es grande, porque Dios me pidió prestado a un joven con poca experiencia y me devolverá a un hombre integro y fortalecido.
Hoy lo extraño como toda madre extraña a un hijo, pero sin ese dolor en el pecho: lo extraño con esa paz y fortaleza que sólo Dios nos puede dar, me siento contenta cuando me platica sus logros y me entristezco por cada puerta que le cierran; pero como él dice eso lo fortalece más.
A toda madre que tenga un hijo o una hija en Misión le digo que es lo más hermoso, que piensen que están trabajando fuera y que ese trabajo lo hacen con gusto y con amor, pero no es un trabajo cualquiera porque no tienen un jefe común, ellos tienen a Dios como estandarte, y Dios es amor, es bondad, es misericordia, es esperanza.
Cuanta bendición ha derramado Dios en nuestras familias, algo hemos hecho para que nos premie de esta manera.
Si algún día un hijo tuyo te dice que quiere ser Misionero y entregarle un año o dos de su vida al Señor, apóyalo, siéntete bendecida por lo que hará tu hijo; no hay cosa más hermosa que servirle a Dios aquí en la tierra.
"Dios elige a sus mensajeros de entre los seres humanos, el mensajero vive como un hombre más; come, trabaja y descansa, pasea por la calle y va de compras, pero siempre lleva el amor divino en el corazón, solo tiene un problema -LA OBEDIENCIA DE LA HUMANIDAD HACIA DIOS- Los Misioneros son las estrellas del horizonte, son como ANGELES DEL MUNDO" .
( Palabras del Profeta Noé)
Si un día tocan a tu puerta unos jóvenes de camisa blanca y pantalón negro y una placa en la camisa, no les cierres la puerta, escúchalos, dales la oportunidad de hablar, sólo llevan un mensaje y ese mensaje es de Dios. ¿Qué afortunado(a) eres verdad?, DIOS TE ENVIA UN MENSAJE.
Escrito por IVR. Palabras con Poder.
Fecha 15-11-12
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