03-02-15



Hoy aprendí que en la vida existe un flujo divino, un intercambio que es como un juego de dar y recibir.  Es como un movimiento que hace que fluya una especie de energía a nuestro alrededor, como la sangre que circula por todo nuestro cuerpo y que está en constante movimiento, o como un río que sus aguas no paran de correr.

Es una Ley Espiritual la que nos dice que en la vida siempre tendremos que dar para poder recibir, y no precisamente debes de esperar que la persona a la que le das sea la que te lo devuelva,  no, la vida te lo devolverá con creces,  todo tiene que estar en movimiento, si das amor recibirás amor, si das felicidad obtendrás felicidad y así, cuanto más demos más recibiremos, porque mantenemos la abundancia del universo circulando en nuestras vidas.

Lo importante de todo esto es la intención, la cual debe de ser siempre la de crear felicidad para quien da y para quien recibe, la actitud mental es de que se siente alegría en el acto mismo de dar sin esperar nada a cambio. Si deseamos amor, aprendamos a dar amor, si deseamos atención aprendamos a poner atención y si deseamos riqueza ayudemos a otro a obtener esa riqueza.

El intercambio es como una danza, y cuando aprendemos a dar aquello que buscamos, activamos esa danza que es como un palpitar de la vida.

Irma Villalobos.

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