Desesperada.



Sentada al pie de un encino su mente vaga sin rumbo, no sabe si duerme o está despierta; escucha una pregunta: -"¿Porque sufres? nada debe importarte, sólo piensa en ti, debes de ser fuerte". Abre los ojos, y se ve entre la bruma, allí está como flotando, suspendida, imposible contestar. 
Era su mente, ella quiere dominarla, es fría, le da miedo. 

Cierra nuevamente los ojos, quiere desaparecer, desea olvidar, quiere que alguien la consuele, de pronto, en medio de todo ese caos en que se encuentra escucha que alguien le dice:- "Primero encuentra tu paz interior y después medita y podrás encontrar dentro de ti la respuesta a todo lo que te atormenta, te darás cuenta que siempre hay una solución para cada problema, no tengas miedo, todo estará bien". 

Era su corazón el que le hizo florecer la esperanza.


Irma Villalobos.

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